domingo, junio 23, 2013

Vegas (Primera impresión).

El avión aterrizó por ahí de la 1 de la tarde. Lo primero en sentir fue el clásico frío que ya lo extrañaba, ese frío que te despierta y me hizo recordar mis andanzas por Europa. Me gustó ver la ligera capa de nieve en la cima de los cerros que rodean a “la ciudad del pecado”. Pensé por un momento que también pudiera haber desperdiciado mis días y que si andaba en el extranjero, mejor hubiera visitado un centro de esquí o algo así.


El plan que me hubiera gustado seguir era el de llegar a mi hotel y luego ir a cualquier otro lado, pero mi amigo ya estaba en el dichoso evento AVN, creo que se fue a formar desde una hora antes de que abrieran.  Desde antes de salir el avión me marco por el radio de la empresa, diciendo que ya me esperaba en el Hard Rock Hotel, que sólo tomara un taxi para dirigirme ahí.  Con mi gran maleta prestada tomé el taxi y me fui medio entendiendo al taxista que tenía un acento extraño. Claramente sabía que me dirigía al porno y no preguntó mucho.  La entrada al hotel era el punto de reunión con mi amigo. Afuera me gustaba más el hecho de estar ahí, ver a las modelos bajar de las limosinas y sentir el frio a pesar de tener el sol en el cenit.

Llegó mi amigo y para mi sorpresa me dijo que había alquilado un auto para poder dejar las cosas además de desplazarnos ágilmente. Según me comentó, la desventaja de hacer el evento lejos de la avenida principal es que nos sería incomodo caminar tanto, además del gasto de los taxis y que según está prohibido tomar un taxi en la calle, que todos se deben tomar en teatros y hoteles. Y entré por primera vez a un hotel casino de Las Vegas…

Como comentaba, no sabía ni como era eso de los casinos y me había documentado, es más, ni un mapa había visto. Pero al entrar pude ver que lo que se supone que debiera ser la recepción normal de un hotel, estaban un sinfín  de máquinas tragamonedas, las clásicas y otras más complejas.  Forman un gran círculo  y pude ver además las mesas de los dados, las de la ruleta y otros que ni sabía de su existencia. Pasamos por la periferia del círculo y me sentí extraño, es como si estuviera en un antro y yo pasando en medio de todos con mi gran maleta. Después tomamos un pasillo y al fin estaban los negocios que vendían cosas del Rock, ese era un hotel para mí, pasamos por el “local” donde están los tatuajes y por un momento pensé que, si al rato me alocaba, quizá hasta me haría uno. Seguimos de frente y al fin vimos unas modelos cuya ropa parecía más delgada que un body painting. Llegamos  a un elevador, yo ya estaba hecho bolas, en todo el trayecto no había ni una ventana que se viera el exterior, no sabía si estaba bajo tierra o en qué piso estaba. Llegamos al estacionamiento y le comenté a mi amigo que pues igual yo pagaría la mitad de lo que costara el estacionamiento. Con una sonrisa sabiendo que yo no sabía ni madres del lugar en donde estábamos me dijo que todos los hoteles tienen estacionamientos ( y grandes) pero que no se paga ni un centavo por estar ahí.

Sólo saqué mi saco y mis zapatos, creí que me verían feo si entraba con la ropa para viajar en el avión, sobre todo en ese evento tan exclusivo con mujeres hermosas. Bueno, así como es acá en México y sobre todo el Pueblétaro que como te ven te atienden. Mi amigo esbozó otra sonrisa, de esas nimiedades me daría cuenta después. Regresamos y ahora sí, a ver lo que nos ofrecía el evento…









Efectivamente, dan autógrafos, efectivamente, se dejan tocar, efectivamente, puedes platicar con ellas. Todo eso me importaría poco, pero al estar cerca de ellas, podía hasta olerlas (El tema de mi olfato será un post aparte). Muy amigables, nada mamonas y muy cachondas.

Sin duda regresaría al siguiente día, pero ya estaba anocheciendo y ahora sí habría que llegar al hotel y salir, ahora sí, a conocer la avenida principal, las luces que a mi mamá le llama tanto la atención conocer. Y también a entrar al primer espectáculo de tantos que ofrece la ciudad.

El check-in fue rápido y con el auto alquilado nos dimos una vuelta por la avenida, Tanta luz, tanta gente, tanta vida frívola y tan chido que se ve. Mi corazón saltó al pasar frente al Mirage que es donde, con un gran letrero, anuncian el espectáculo de “Love”. Pero nos dirigíamos al Luxor para ver mi primer espectáculo topless, sin preocupación de que pusieran alguna canción banda como cualquier table dance de Pueblétaro.



Salimos a las 12:30am que fue la hora en la que terminó el espectáculo “Fantasy”. Como perros callejeros en celo, de tanto ver bellezas, se nos había olvidado hasta de comer. Así que nos metimos una hamburguesería y cenamos. A las 3:00am nos dirigimos al hotel. La ciudad invita a no dormir, pero al menos tenía que recuperar algunas horas de sueño, no había dormido más que dos horas de la noche anterior. Y teníamos que levantarnos temprano porque según mi amigo, me llevaría a un buffet para rendir todo el día en el mismo evento porno.


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