miércoles, diciembre 28, 2011

Adiós exjefa.

Tantos post pendientes, tantas cosas que he querido plasmar aquí y no he podido. Ahora ya hasta ni recuerdo de todos los tema que me han dado ganas de escribir.

Ahora aprovecho que el trabajo está tranquilo. Ni he puesto todo el desmadre que me ha pasado con lo del trabajo y de las cosas que uno se llega a enterar.

Comentaré lo de mi trato con mi exjefa, mi exjefa aún no comprendía que ya no estaba a su cargo. Me seguía pidiendo trabajo y apoyos porque aún no había gente que le respondiera. Como acababa de entrar a la nueva área, aún estaba en capacitación, eso era tan raro porque en todos mis anteriores trabajos la “capacitación” siempre es sobre la marcha de los problemas que por lo general por eso contratan, porque ya están muy atrasados y quieren a alguien para echarle la culpa. Cómo ahora sí me daban capacitación, se podría decir que tenía tiempo para poder seguir resolviendo dudas de mi exjefa. Pero ya intentaba poco a poco dejarla porque si mis nuevos jefes se enteraran, comenzarían a cuestionar o a verme como alguien que no está comprometido totalmente con el equipo.

Llegó un momento en que me escondía de mi exjefa para que no me interrumpiera. Las cosas por las que me desesperaba a veces de ella era que pedías las cosas y las quería en ese preciso momento, todo para ella lo trata como urgente así sea la cosa más idiota y sin prioridad que exista. A mi me empezó a fastidiar porque había momentos en que estaba a mitad de una capacitación en una sala de juntas, con tres expertos dándome el conocimiento de algún tema  y en ese momento me marcaba mi exjefa y quería que me saliera de la sala para atenderla a ella.

De plano ya marqué mis límites y no atendía sus llamadas o me escondía para que ya me dejara en paz. Tenía que comprender que ya no trabajaba para ella y que me empezaría a ocasionar problemas con mis nuevos jefes. Fue cuando me lanzó una indirecta de su situación.

Hace un par de meses el banco pagaría maestrías a algunos empleados que lo solicitaran. Las maestrías eran chafonas porque eran de la UVM. Pero al final la gente se vá siempre por el papelito y no por la calidad de los conocimientos. El chiste es que a mi jefa no la aceptaron porque, es ese momento me había dicho, que era porque dejó copiar su texto de solicitud a alguien, que lo mejoró y que esa persona se quedo en lugar de ella.        

Pero ahora, que dejaba de atender las cosas de mi exjefa. Me salió con la indirecta de que no le habían pagado la maestría porque en una liberación mía, me había retrasado mucho y había ocasionado que saldría mal en alguna de sus métricas que les evalúan,  así como que por mi culpa. Ahí fue donde sí me encabroné, prefirió echarme la culpa de el atraso de eso cuando en el fondo es por la pinche burocracias paralizante y desesperante que existe aquí. Ella prefiere defender a la burocracia porque, como ya está toda obsoleta, es lo único que le queda para seguir siendo jefa. Seguir puros trámites burocráticos y nada de innovación tecnológica.

Así que en ese momento decidí enviarla directito a la chingada. Si aún no le quedaba claro que quien atrasa los proyectos es la puta burocracia, pues ahora le tocará lidiar con ella porque ya no contaría con ningún apoyo de mi parte. En ese momento dejé de ver sus correos, responder sus mensajes y en sus llamadas decir que estaba en junta importante y cuando me desocupara la atendía, cosa que no pasaba. En fines de semana y mis días libres apagaba el celular para que no me estuviera chingando.

El proyecto que teníamos, si estuviera yo, debería salir a más tardar la primera semana de octubre. Pero por todo lo que tuvo que pelear de burocracias, se liberó apenas la segunda semana de Diciembre.  Me imagino que no aprendió la lección y seguirá defendiendo la burocracia. Al final, ella fue la que alguna vez me dijo que eso de innovación y crear nuevas cosas no se debería hacer en México, que mejor toda la educación debería ser enfocado a la maquila. Ese tipo de mentalidad merece la posición en dónde está, de vil burócrata con miras próximas a ser despedido o en el mejor de los casos, estar siempre por debajo de alguien.

Antes de este nuevo puesto, esperaba sólo estabilizarme económicamente para renunciar porque ya no aguantaba la burocracia recalcitrante de aquí. Ahora ya no hago casi nada de burocracia y ahora si ocupo el cerebro para lo que fue creado: resolver problemas. Tengo contacto con gringos y españoles y me agrada porque al fin estoy llevando un trabajo de primer mundo, o lo más cercano que puedo estar de eso. Así que de seguir así, creo que me quedaré un rato más. Además de que tuve un incremento de sueldo, es otro ambiente de trabajo por el simple hecho de las expectativas que tienen sobre nosotros.

Como siempre, veremos que depara el futuro.


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